Ninguna relación está exenta de conflictos, más aún cuando se transan intereses de dos partes empresariales, que aunque trabajan en y por un mismo “equipo” como ocurre con las franquicias.

Y es que cada uno tiene intereses particulares diferentes que deberían estar alineados y claros desde el principio por medio del contrato de franquicia, pero no siempre es así…

Y aunque los contratos claros y específicos no pueden prevenir todos los conflictos entre ambas partes, si son una guía (la única que existe realmente en Colombia, donde no hay una ley de franquicias) de las actuaciones de franquiciante y franquiciado, de los compromisos de ambas partes y también de sus derechos.

Ante la ausencia de una ley que cobije el contrato de franquicia, es claro que de la elaboración adecuada de dicho documento de obligatorio cumplimiento por ambas partes depende, en un gran porcentaje, la claridad que tengan las futuras relacionas entre ambos empresarios, quienes al iniciar la negociación deben sentir empatía (como un par de enamorados), pero si no tienen claras las libertades y obligaciones de ambas partes, chocarán más fácilmente, que si hubieran dejado todo consignado por escrito, al iniciar su relación.

Entre las razones más comunes por las cuales acuden franquiciantes y franquiciados para asesorarse jurídicamente a Tormo & Asociados para iniciar acciones legales en contra de su antiguo aliado, se puede decir que algunas de ellas son las siguientes: Algunas fallas comunes del franquiciado (acude el franquiciante):

- Incumplimiento con las obligaciones económicas como los cánones de publicidad o las regalías.

- Desconocimiento de la exclusividad de los proveedores.

- Cambios injustificados de precios o no adecuados con las recomendaciones del franquiciante.

- Cambios no aprobados en la imagen de la marca.

- Uso indebido del Know How.

Algunas fallas comunes del franquiciante (acude el franquiciado):

- Deficiencias en la formación inicial de sus franquiciados

- Incumplimiento en las obligaciones relacionadas con la comercialización de los productos, servicios y/o publicidad.

- Previsión de facturación no ajustada con la realidad.

- Uso indebido del canon de publicidad pagado por los franquiciados.

- Ineficiente transferencia del Know How.

Todas estas causas de desavenencias, desde luego, podrían prevenirse con contratos y consultorías en franquicia transparentes y elaborados según las verdaderas necesidades de cada enseña.

Sin embargo, en Colombia, como en el resto del mundo, se siguen elaborando muchos “contratos- tipo” que son la copia de otros de franquicia; e igual ocurre con las consultorías, en las que aparecen cifras de inversión, muy similares o demasiado disímiles, entre negocios del mismo sector.

Y esto, normalmente no debería ocurrir, porque en el caso de cifras exactamente iguales, es claro que ambos negocios obedecen a estrategias, posicionamientos y planes estratégicos diferentes, por lo que su inversión no puede ser exacta; y otro tanto ocurre en el caso de cifras demasiado alejadas, allí es necesario que el franquiciado analice que los costos de funcionamiento y de proveedores tampoco pueden ser tan disímiles al del referente del mercado (líder), así que el costo de la franquicia, si bien debe ser más bajo, tampoco puede serlo tanto.

Desde luego estas cifras tan parecidas o tan diferentes, pueden tener justificaciones profundas o calculadas, pero siempre deben estar enmarcadas dentro en una consultoría seria, y no en una estrategia superficial de venta y comercialización de franquicias, lo que a corto plazo puede generar un crecimiento de la red, pero a mediano y largo, puede degenerar en el colapso de la misma, o quizás, en el de la marca misma.